En la ciudad de Portalón, enclavada en la ladera de una colina, en medio de los vibrantes paisajes del sur de Costa Rica, se encuentra un refugio que evoca la belleza atemporal de la naturaleza. Esta extraordinaria propiedad, que abarca 2,5 acres de terreno, cuenta con un tapiz de árboles centenarios, que separa las impresionantes vistas al mar del Parque Nacional Manuel Antonio, al norte, y el encantador encanto de la península de Osa, al sur.

Al entrar en el gran vestíbulo, una sensación de magnificencia envuelve tu ser. Los techos altos proporcionan una amplia extensión a todo el primer piso, proyectando luz solar y sombra sobre los pisos de concreto pulido. Aquí, el corazón de la casa llama: una cocina que despertaría las pasiones de cualquier virtuoso culinario. Con sus generosas proporciones, el sueño de un chef es encontrar un lienzo sobre la gran isla, rodeado de un amplio espacio en el mostrador y una despensa, una sinfonía de practicidad y artesanía.

Pero el verdadero espectáculo se encuentra más allá de las paredes, donde el cristal reina como conducto hacia un espectáculo que se despliega constantemente. Las ventanas panorámicas enmarcan el espectáculo de la naturaleza en todo su esplendor resplandeciente, y el atractivo paisajístico cae en cascada sin esfuerzo hasta su santuario privado. Al salir, le espera una sinfonía de ondas líquidas: piscina y jacuzzi, con iluminación LED. Las melodías de la risa y la tranquilidad se mezclan armoniosamente, ya que cada baño se convierte en un tributo al arte atemporal de la relajación.

Al alejarse de las cautivadoras vistas, el primer piso revela otro secreto: un oasis de serenidad. La grandeza de la suite principal cautiva los sentidos, un santuario donde los sueños se entrelazan con la realidad. A medida que el crepúsculo roza el horizonte, encontrará consuelo en este enclave privado, con muebles hechos a mano y los efímeros susurros de la costa que lo adormecen hasta un sueño reparador. Una segunda suite también adorna el primer piso con un patio privado y vistas panorámicas al océano y al valle.

Al subir las escaleras, le espera una revelación: dos suites adicionales, un opulento cuadro de confort y estilo. Cada una de ellas irradia un aire de sofisticación, salpicada de grandes duchas a ras de suelo que invitan a la esencia del océano a su entorno de azulejos. Aquí, los ocupantes privilegiados pueden disfrutar de su oasis personal mientras disfrutan de las majestuosas vistas del océano y el valle que se extienden más allá del horizonte.

Y mientras los vientos suaves y acogedores susurran historias sobre sostenibilidad y una vida responsable, la casa se erige como un testimonio de una coexistencia armoniosa. La totalidad de esta resplandeciente morada se nutre de un paquete de energía solar, que combina a la perfección los dones de la naturaleza con las comodidades de la vida moderna. Sin embargo, la conexión a la red proporciona tranquilidad, un puente entre un futuro sostenible y las comodidades del presente.

El terreno sobre el que se asienta este santuario encierra aún más posibilidades: nos espera un sitio de construcción adicional, una invitación a ampliar los sueños y las posibilidades. Ya sea que esté imaginando una residencia más grandiosa o una casa de huéspedes para compartir la belleza sin límites, el lienzo es suyo para moldearlo y moldearlo.

Esta casa es un homenaje a la danza simbiótica entre la naturaleza y el ingenio humano, un testimonio del espíritu indomable de quienes buscan consuelo y serenidad en el regazo del esplendor natural.
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BARIn the town of Portalon, nestled hillside, amidst the vibrant landscapes of southern Costa Rica, lies a haven that evokes the timeless beauty of nature. Encompassing 2.5 acres of land, this extraordinary property boasts a tapestry of old growth trees, separating the breathtaking ocean vistas of the Manuel Antonio National Park to the north and the enchanting allure of the Osa Peninsula to the south.

As you step into the grand foyer, a sense of magnificence engulfs your being. Tall ceilings bestow an airy expanse upon the entire first floor, casting a sunlight and shadow upon the polished concrete floors. Here, the heart of the home beckons—a kitchen that would ignite the passions of any culinary virtuoso. With its generous proportions, a chef's dreams find a canvas upon the large island, embraced by ample counter space and a pantry, a symphony of practicality and craftsmanship.

But the true spectacle lies beyond the walls, where glass reigns as the conduit to an ever-unfolding spectacle. The panoramic windows frame nature's spectacle in all its resplendent glory, and the scenic allure cascades effortlessly into your private sanctuary. Stepping outside, a symphony of liquid ripples awaits—pool and jacuzzi, with LED lighting. The melodies of laughter and tranquility blend harmoniously, as each dip becomes a tribute to the timeless artistry of relaxation.

Retreating from the captivating vistas, the first floor reveals yet another secret—an oasis of serenity. The grandeur of the principal suite captivates the senses, a sanctuary where dreams intertwine with reality. As twilight brushes the horizon, you find solace in the embrace of this private enclave, with hand crafted furniture and the ephemeral whispers of the coast lulling you into a restful slumber. A second suite also adorns the first floor with private patio and panoramic ocean and valley vistas.

Ascending the stairs, a revelation awaits—two additional suites, an opulent tableau of comfort and style. Each exudes an air of sophistication, punctuated by large walk-in showers that invite the essence of the ocean within their tiled surround. Here, the privileged occupants can revel in their personal oasis while savoring the majestic ocean and valley views that extend beyond the horizon.

And as the gentle and inviting winds whisper tales of sustainability and responsible living, the home stands as a testament to harmonious coexistence. A solar energy package powers the entirety of this resplendent abode, its embrace of nature's gifts intertwining seamlessly with the comforts of modern living. Yet, the connection to the grid provides a reassurance, a bridge between a sustainable future and the conveniences of the present.

The land upon which this sanctuary rests harbors further potential—an additional build site awaits, an invitation to expand upon dreams and possibilities. Whether envisioning a grander residence or a guest house to share the boundless beauty, the canvas is yours to shape and mold.

This home stands as a tribute to the symbiotic dance between nature and human ingenuity—a testament to the indomitable spirit of those who seek to find solace and serenity in the lap of natural splendor.
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